Alejandro Silva, uno de los principales referentes del metal nacional, regresa a Chillán, este 26 de octubre, en el marco de la gira promocional de su último álbum: “V”, placa de impecable factura que nos recuerda la gran trayectoria y virtuosa calidad instrumental de este guitarrista chileno. En diálogo con Ñuble Digital, adelanta cómo será el set list que interpretará junto a su Power Cuarteto, en Magnolia; describe las características musicales de la placa (estrenado en junio); y de paso deja un mensaje sobre lo inalcanzable que es para la escena “under” realizar una presentación en el Teatro Municipal de Chillán.
¿Qué recuerdos tienes de visitas anteriores a nuestra ciudad?
La primera vez que tocamos en Chillán fue en lo que ahora es el Teatro Municipal, que en ese tiempo estaba como desarmado y era solo cemento. La verdad es que tocar ahí, fue una experiencia tremenda porque se veía un teatro abandonado, demasiado distinto a lo que es ahora. De hecho, hemos tratado de tocar ahí, y es carísimo, no se puede (risas). Es prácticamente imposible conseguírselo. Hemos tocado en pubs y bares en Chillán, y lo que te puedo decir es que hay una corriente de gente metalera, y amante de la guitarra, muy fuerte. No recuerdo ningún recital que no haya sido exitoso o poco simpático para la gente. En general, nos ha ido muy bien y queremos repetir la experiencia este año.
¿En qué difiere “V” de los 4 discos anteriores?
Mira, este es un disco que me demoré mucho en hacerlo, pero no tanto en recopilar y grabarlo, sino que pasó un hiato muy grande en mi vida donde no pude trabajar en hacer música nueva y plasmarla. Es un disco que viene con una energía de temas que estaban un poco en el olvido, y los recapturé y los hice revivir. Yo creo que es un disco que no es muy de la cabeza, no pensé tanto en las melodías en particular, si no que prácticamente todo lo que es solo y melodías, es improvisado. Es un disco, honesto, en ese sentido. Todo lo que está en el disco, lo puedo hacer en tiempo real, es algo que me salió a la primera, por así decirlo, y que después lo refiné y lo dejé registrado, etc. En comparación a “Solo Caos” (2014), que es extremadamente mental, donde cada segundo de guitarra está pensado 300 veces, este último, es más natural. También tiene como característica que cubre varios estilos, y es como bien pesado, por ejemplo, hay un tema que es medio “doom” al final, y está mezclado con un tema que es bastante más Rush, ochentero, más pop al inicio. Hay cosas metaleras, otras que suenan más rockeras. También una balada, en guitarra acústica, algo que nunca había hecho antes…
…esa balada se llama “Inés”. ¿Por qué el nombre?
Es un tema que compuse hace muchos años, y ahora la re-arreglé más moderna, pero originalmente ese tema lo compuse en un ramo que se llamaba Audición Dirigida cuando estaba estudiando Sonido en los años 90, y la profesora se llamaba Inés, por lo que la compuse para impresionarla, por lo que es simplemente una relación al momento en que fue compuesto, pero no está dedicado a ella como profesora, sino al momento.
¿Y Sata Nico, es por algún amigo que se llama Nicolás o nada que ver?
Jajaja, precisamente. Es un exalumno y amigo que también fue rodie de la banda que se fue a vivir fuera. Yo siempre lo leseaba porque le gustaban las armonías oscuras y yo le decía que haría un tema que se va a llamar Sata Nico, y el nombre quedó, y claramente es el tema más oscuro, jaja.
Vamos a lo del 26, ¿Cuál será el repertorio?
Lo que pasa es que nosotros tenemos hartos discos, discos en vivo con material nuevo, DVD con canciones que no están en los discos. Entonces si me preguntas por material, es mucho el que tienes que cubrir para hacer una pasada de todo. Entonces, lo que hacemos, es que tocamos entre 2 o 3 temas de cada disco, y del disco nuevo, tocamos 4. Estará más cargado al disco nuevo, pero habrá de toda nuestra discografía.
A tu juicio, ¿Qué falta para fortalecer la escena metalera en regiones?
En regiones, incluyendo a Chillán, cuando hay menos número de gente, cuesta más sostener estos estilos que no son tan populares. En el campo, tú vas a Las Pataguas, donde tampoco hay tanta gente, pero se hace el festival de la ranchera, y está toda la gente del pueblo y los alrededores ahí, y juntas mil personas, con rancheras. Pero cuando hablamos de metal, y en particular, el progresivo, y en particular, el instrumental, cada vez que avanzo en palabras, le vas restando público. Por eso es súper importante estar en centros urbanos grandes porque ahí tú logras hacer esos números. Pero dicho eso, yo siento que en Chillán y regiones, la respuesta es mucho mejor, en promedio, de la que existe en Santiago. Acá tú puedes hacer un recital para 600 personas, y en Chillán, quizás, para 100 personas, y resulta que Santiago es mucho más que 6 veces Chillán. Yo siento que sí hay un cariño por lo nuestro y la gente en regiones aprovecha a los grupos que vienen de la capital, porque hay menos competencia, y acá compites con 3 eventos que son similares, el mismo día. Pero también, en general, y en forma transversal, el chileno consume poca música local. El chileno no sabe mucho de la cultura nacional artística del país. Lo sabemos todo de los grupos que vienen a Lolapalloza, pero no conocemos las bandas icónicas que hay en cada estilo en Chile. Entonces, falta un poco de eso, de retroalimentarse más, de lo que se está haciendo en el propio país. Otra gran falencia es que no hay tantos buenos lugares para tocar. Es como lo del Teatro Municipal de Chillán, que para un grupo independiente como nosotros, no se puede pagar. No tengo cómo inventar una forma económica para tocar ahí que es un lugar súper lindo, amplio, y excelente, pero es inaccesible para una banda como nosotros. Si no tienes acceso a los bonitos escenarios para la música que es un poco más “underground”, en el fondo, esa música empieza a desaparecer del radar. Pero tanbién hay lugares como Magnolia, que es un lugar profesional.
Ya lo saben. Toda la fuerza del metal progresivo estará en Magnolia este 26 de octubre.