La historia que les vamos a contar no es cualquiera. Se trata de dos jóvenes profesionales que dijeron hace varios años ya, ser parte de las familias de acogida. En estos momentos en Ñuble, existen 236 familias extensas y 31 familias de acogida externas; lo que presenta un gran desafío.
Ellos son oriundos de San Carlos, Yessica Angermayer y Andrés Contreras. Hace más de 5 años, decidieron acoger a una pequeña de poco más de 1 años de vida (Belén), quienes tuvieron toda una etapa previa de análisis y evaluación, antes de poder optar a esa alternativa de acogimiento. Luego de un tiempo, de conocer a la niña y acompañarla en el proceso, desde la entidad que los seleccionó a ellos, vieron la opción de que la pequeña se fuera en adopción y ahora está feliz viviendo con una familia en Hualpén. (mantienen contacto seguido con la familia, porque no han perdido el vínculo)
Yessica Angermayer, que actualmente trabaja en la Seremi de Vivienda y Urbanismo en la región de Ñuble, comenta que existen una serie de mitos y falta de información en cuanto al proceso. “Para nosotros ha resultado una gran experiencia, y es un proceso distinto al de adopción, al cual se puede optar y eso es lo que hicimos, entendiendo que tiene un carácter transitorio la estadía del niño o niña en la casa”, comentó.
En el caso del pequeño Maximiliano, quien con 5 años llega ahora en el verano a la vida de Jéssica y Andrés, quien se desempeña en una farmacia y que ha tenido un estrecho vínculo en las primeras semanas del acogimiento.
DESAFÍOS
Uno de los desafíos que plantea el proceso, es poder generar una legislación más robusta, según comenta Jessica, para que puedan tener el tiempo de estar con el niño o niña, al momento en que llega a la casa. “En el caso de Andrés (su cónyuge), tuvo que pedir licencia para poder estar algunas semanas con él, ahora en este segundo momento de acogimiento, porque decidimos el año pasado volver a estar inmersos en el proceso y en enero de este año nos entregaron a Maxi de 5 años, con quien estamos vivenciando nuevas historias y dándole mucho amor y cariño”, comentó.
Además, la familia de Jéssica y Andrés, valoran el trabajo que realizaron con el FAE Ayún, por el acompañamiento que existió en todo momento, dado que, al cabo del año, vieron opción de un niño que era parte del Fae Adra, que funciona desde octubre y donde los profesionales de esa entidad se pusieron al servicio de la familia y del pequeño.
Ella se siente orgullosa de la opción de vida que tomaron y la recomiendan totalmente. “Es muy importante saber del tema y si existe la inquietud, poder tomarla en caso de que tengan una buena evaluación de parte de los equipos de psicólogos”, puntualizó.
REQUISITOS
Entre los requisitos que se piden, están el ser chileno o residente en el país, mayor de 18 años. No contar con algún tipo de antecedente penal o /o que se encuentre en proceso de investigación.
No formar parte del registro de inhabilidad para trabajar con niños y niñas. Contar con salud física y mental compatible con un acogimiento. Ser evaluado como personas idóneas, con competencias parentales y marentales para asumir los cuidados temporales de un niño o niña. Además, de evaluar a todos los mayores de edad que vivan en el domicilio. Tener disposición a participar en el proceso, algo muy importante; y responder a las exigencias del programa FAE respecto de las condiciones y situaciones en las que establecerá algún contacto con miembros de la familia biológica de los niños o niñas atendidos.
Desde el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia en Ñuble, su director (s), Jean Paul Cárcamo, considera que “los niños niñas y adolescentes de nuestra región, que han tenido que vivenciar situaciones de vulneración, necesitan de una acogida familiar, porque permite que sus procesos de superación, resignificación y restitución se logren con mayor efectividad. Proyectos como lo son los FAE (FAMILIA DE AGOGIDA ESPECIALIZADA), son claves y necesarios para responder a los niños, niñas y adolescentes de una de mejor manera”, argumentó.
Acerca de los miedos naturales que se pueden presentar en las familias que pretenden ser familias de acogida extensa o externa, se debe tener un espíritu de estar dispuesto a la recepción, y en este caso Jessica lo aclara de inmediato y da su punto de vista. “Nosotros creemos que el amor se puede entregar siempre y si es por un buen fin, mejor todavía. Les instamos a las madres o padres que estén interesados, a que consulten y se dejen apoyar por los profesionales, para vivir este momento”, enfatizó. Para mayores consultas, acerca del proceso y detalles del programa, se puede revisar en www.mejorninez.cl