Tenemos claridad que el inicio de 2023 no ha sido sencillo y en materia de coberturas periodísticas ha implicado un esfuerzo mayor para los comunicadores y periodistas. Chile es un país que está constantemente expuesto a emergencias, como son los terremotos, aluviones, tsunamis y ahora nuevamente los incendios forestales, que ya nos golpearon con fuerza el 2017.
Han sido semanas intensas, donde la región de Ñuble ha tenido diversos focos de incendios, donde se ha visto el trabajo de Bomberos y Brigadistas de CONAF en los puntos más críticos. Las notas y crónicas en prensa escrita, los reportajes en televisión, han graficado la dimensión de la “tragedia” en especial para el sector agrícola.
Para que los focos de incendios no avancen, se evidenció la coordinación de los distintos servicios públicos y del apoyo del sector privado para canalizar las ayudas que resulten más urgentes. En el terreno existió dolor y preocupación por parte de las familias que en algunos casos perdieron todo, pero que con mucha resiliencia han podido ir saliendo adelante y ponerse de pie nuevamente. Como es el caso de don Luis Martínez y Mónica Ponce, quienes recibieron la primera casa de emergencia en la Comuna de Ninhue.
Es en estas instancias de emergencias y catástrofes donde el periodismo y las comunicaciones deben responder con seriedad e informar de manera clara a las inquietudes de la población, sin causar alarmas innecesarias, o errores que pueden faltar a la ética, por el solo hecho de querer “llegar antes” con la noticia. Por eso es que se llama a la responsabilidad social que se tiene cuando se toma un micrófono o se escribe, dado que han proliferado una serie de portales que no tienen línea editorial, ni menos un control de los contenidos, por lo que pueden generar pánico en situación de evacuación o similares.
Todos podemos aportar a superar la emergencia, pero debe ser con acciones concretas y bien pensadas, porque también hay quienes se dedican a realizar un “turismo de la catástrofe”, obstaculizando así la labor de bomberos y las policías.
En resumen, la población valorará siempre el rol activo de los medios de comunicación y de la gente que está detrás de las informaciones. Para el periodismo los desafíos son permanentes, y es por eso la importancia de consultar fuentes fidedignas y no creer cualquier “volador de luces” que aparezca. Confiemos en el buen criterio y que en las próximas semanas tendremos mayor tranquilidad para el análisis y ver qué se pudo hacer mejor.