El técnico de Ñublense Jaime García narró la compleja situación que vivió tras ser confirmado Covid-19, los días hospitalizados en Chillán y las horas posteriores a su alta. En conversación con el programa «Los Tenores» de ADN Deportes, García calificó como «un golpe anímico» volver a la banca técnica del Rojo en su triunfo ayer ante Santa Cruz, que tienen al equipo al tope de la tabla de posiciones de la Primera B.
Más allá de lo futbolístico señaló que lo que le pasó es una experiencia de vida que le dejó enseñanzas, una enfermedad que no se la desea a nadie y un mensaje que quiso entregar a sus jugadores, hinchas y ciudadanía a tomar en serio las nefastas consecuencias del coronavirus.
«Fue un día lunes cuando ya no podía respirar, llamé y me llevaron al hospital. Esto me atacó muy rápido, tenía neumonía, me costaba respirar; me pusieron oxígeno de alto flujo y después ya tenía mis narices rotas, sangraba. De los ocho días tuve que haber dormido 5 horas», señaló el oriundo de Cartagena.
Explica que esta enfermedad te destruye psicológicamente pues «estás pensando si llegarás al otro día, si te vas a morir o te van a sacar con una bolsa negra. Donde estás con personas que no te conocen pero que te cuidan como si fuera tu madre. Tu historia de vida la pasas en esos momentos».
García les expresó a sus jugadores «que no bajen los brazos» y quiso estar con ellos a pesar de que el médico le sugirió que guardara reposo. «En esta pandemia tu relajas los brazos y chao», dijo el DT del Rojo en conversación con «Los Tenores».