Históricamente Chile tiene una amplia intervención con lo que a políticas públicas en nutrición se refiere.
Todo se remonta hacia los años sesenta donde lo que prevalecía era la desnutrición infantil; sin embargo, la creación y el desarrollo de políticas públicas destinadas a erradicarla obtuvieron resultados favorables. Debido a ello, rápidamente este panorama cambió, por lo que hoy debemos enfrentarnos a otro escenario.
En las últimas dos décadas los índices de obesidad han incrementado. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud, un 64,5% de la población sufre de exceso de peso, lo que hace que hoy seamos uno de los países que encabeza la lista sudamericana de obesidad. Por lo que, además, de ser una población con altos índices de obesidad, nos transformamos en una población que debe aprender a convivir con las enfermedades no transmisibles que el exceso de peso conlleva, diabetes, hipertensión, dislipidémia, entre otros, pudiendo incluso desencadenar en enfermedades de mayor complejidad que impactan en la calidad de vida, como por ejemplo Accidentes Cerebro Vasculares o infartos, entre otros.
Debido a lo anterior, es muy común encontrarnos con pacientes que suelen restringir la cantidad de alimentos o incluso, eliminando algunos de consumo habitual con el propósito de disminuir el consumo de calorías para perder peso, lo que termina provocando un desequilibrio o un déficit nutricional.
Entendiendo esto, nos damos cuenta que los desafíos nutricionales son complejos, ya que dentro de una misma sociedad podemos encontrar personas con déficit de nutrientes, pero que no necesariamente presentan una disminución de peso, sino más bien cursan con sobre peso u obesidad, padeciendo, además, las enfermedades concomitantes que anteriormente mencionaba.
Por lo que el rol del Nutricionista hoy comprende desde la prevención, recuperación y rehabilitación de la salud, abarcando las distintas etapas del ciclo vital.
Es por ello que la formación que se entrega a nuestros alumnos tiene como propósito promover una alimentación sana y fomentar estilos de vida que sean más saludables, los que, apoyándose en la zona agrícola que caracteriza a nuestra Región de Ñuble, pueden acceder fácilmente a una gran variedad de frutas, hortalizas, verduras y alimentos no procesados.
El egresado de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad INACAP Sede Chillán, está capacitado para desempeñarse en todo lo que he mencionado anteriormente y, además, enfrentar los desafíos nutricionales que en nuestra sociedad existen. Podrá intervenir, educar e investigar para la salud nutricional, proponiendo soluciones innovadoras, mediante una comunicación acorde con la situación y características de sus pacientes.