El presente futbolístico de Ñublense no solo arrastra una falta de engranaje colectivo, sino también poca capacidad para concretar las oportunidades de gol. Ese fue el escenario que mostró el partido de Magallanes y el Rojo en San Bernardo con resultado final 1-1.
El equipo chillanejo tuvo al menos tres oportunidades claras de convertir, dos en los pies de Michael Silva quien desperdició solo frente al arco local. Al final del partido Silva mostraría su tristeza y culpa por no ganar el partido.
El primer tiempo fue trabado sin mayores llegadas de los equipos, salvo una para cada lado. Pozo y Croce más Varas trataban de armar juego en el medio y en el equipo local el «loco» Abreu era el más peligros.
Pero los goles llegaron en el segundo tiempo. Primer merced a una jugada de pelota detenida, el defensa Bascuñán marcaba para Ñublense de cabeza a los 70 minutos, sin embargo la alegría no duraría mucho porque seis minutos después tras falla en la marca de Opazo cometía penal a favor del local el que concretaría Abreu venciendo al meta Contreras.
Fin del partido y trago amargo para Ñublense. En conferencia de prensa el técnico Emiliano Astorga señaló que el equipo se creo muchas oportunidades de gol, «mostramos un fútbol diferente, merecíamos ganar por dos o tres cero. Lo lamento por Michael (Silva), está muy amargado por los goles que se perdió». Sin embargo, para Astorga el equipo perdió el nivel. los jugadores se soltaron un poco más».
Consultado si pensaba en dejar la banca manifestó que «no me estoy robando la plata, estoy trabajando duro».