Tras décadas de tensiones EE.UU. y Corea del Norte se reunieron en una cumbre histórica en Singapur. Los protagonistas: Donald Trump y Kim Jong-un.
Ambos se dieron un apretón de manos al empezar la cita en el lujoso hotel Capella.
Tras el cara a cara Trump dijo que no tenía dudas de que mantendrá una relación “excelente, fantástica”. Agregó que él y Kim Jong-un «resolverán un gran problema, un gran dilema».
En tanto, el líder norcoreano se mostró dispuesto a trabajar en estrecha cooperación con el Presidente de EE.UU. «Supondrá un desafío, señaló pero que está dispuesto a hacerlo», asegura el medio.