Al iniciar en el rubro, la veían con la imagen tradicional de una mujer más «femenina», enfocada solo en «trámites», y el esfuerzo se centró en sustituir esa percepción por la de una profesional de la construcción propiamente tal.
La construcción, un sector históricamente dominado por hombres, está viendo cómo la persistencia y la capacidad profesional de las mujeres derriban barreras invisibles.
Según datos del INE (2023), solo el 4,6% de los trabajadores en construcción son mujeres. En transporte y almacenamiento, representan alrededor del 8%. En electricidad y gasfitería, la cifra es aún menor (3%).
En Ñuble hay 265.852 mujeres. Y aunque en promedio su nivel educativo es más alto, muchas mujeres se desempeñan en empleos informales (28,5%), especialmente en educación, salud y comercio. Persisten además estereotipos de género en el hogar y la crianza, a pesar de avances en equidad.
La reducción de brechas de género en el mercado laboral resulta clave para el crecimiento. Este es el caso de Andrea Leiva una chillaneja que, tras comenzar su camino profesional como secretaria, sintió la fuerte motivación de ascender y desafiar los estereotipos, obteniendo los títulos de Técnico en Construcción y, posteriormente, Constructora Civil.
Actualmente, se desempeña como Autocontrol de Obra en la empresa regional E.R.G, que realiza trabajos en el área estatal y particular: movimiento de tierra, construcción obras civiles, obras de ingeniería, arriendo de maquinarias para la construcción y transporte.
Su transición no fue sencilla, y lo señala como el mayor desafío: «cambiar la imagen que uno como mujer tiene frente al área de la construcción». Al iniciar en el rubro, la veían con la imagen tradicional de una mujer más «femenina», enfocada solo en «trámites», y el esfuerzo se centró en sustituir esa percepción por la de una profesional de la construcción propiamente tal.
«Sacar esa imagen y cambiarla a la de un constructor propiamente tal, fue complejo, fue difícil, pero creo que finalmente, cuando uno va haciendo su trabajo, a una lo van conociendo, se hace más fácil», asegura Leiva.
El Desafío de la Equidad en un Espacio Masculinizado
A pesar de su evidente profesionalismo en la dirección y supervisión de obras, donde coordina la revisión de actividades y trabaja codo a codo con el capataz, persisten sutiles barreras de género que van más allá del respeto profesional. La constructora señala la remuneración y la equidad en beneficios, como un área general en estos rubros donde aún debe lucharse por la transparencia.
«Un poquito más de transparencia podría ser en el tema de la remuneración. Uno se asusta un poco, uno siente a veces que a los colegas se les paga un poco más. En todo caso donde estoy actualmente siento que he sido valorada bastante, muy similar a mis colegas, pero en el rubro en general debiese equipararse más la cancha», explica Andrea.
La brecha de género se manifiesta en detalles cotidianos, como la asignación de recursos: «Si al colega le pasan una camioneta, que a la mujer también le pasen una camioneta, en ese tipo de cosas que a lo mejor se ve diferente», lo que la lleva a reiterar la necesidad de estandarizar el valor de su trabajo.
Un Equipo Sinergético: Familia y Construcción
El éxito de esta mujer constructora se apoya en un pilar fundamental: su familia. Al pasar de ser secretaria a Autocontrol, la rutina cambió drásticamente. «Estaba prácticamente fuera de la casa todo el día», por lo que fue crucial el apoyo «sustancial» de su esposo y el trabajo en equipo con sus tres hijos.
«Ver una mamá constructora donde el papá pasa a ser como un poco la mamá y la mamá el papá, ha sido bonito también, ha sido un crecimiento, un apoyo.»
Sus hijos «saben que tengo que estar fuera, la labor que realizo», y han aprendido a valorarla por el esfuerzo que hace. Su esposo, Juan Carlos, ha sido esencial para ayudarla con las comidas, las actividades y el acompañamiento, reconociendo que «estar todo el día fuera es potente».
Para ella, el trabajo en construcción es «maravilloso» y se desarrolla como una familia donde la empatía es fundamental. La constructora concluye resaltando el concepto económico de la sinergia, aludiendo a la fuerza que se genera al unir esfuerzos: «La sinergia de las personas, cuando dos personas son más que una… uno se potencia, uno se ayuda. Aquí uno trabaja como una familia».
Su testimonio es un ejemplo de cómo la lucha diaria por la realización profesional no solo cambia una vida, sino que también desafía las normas en un rubro que necesita de la contribución y la visión de profesionales talentosas, sin importar su género.
