La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Ñuble dio a conocer el Índice de Soporte a la Infraestructura Territorial (ISIT) 2025 para la Región de Ñuble, en una jornada que contó con la participación de autoridades regionales y representantes del sector gremial. El ISIT, desarrollado en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile, tiene como objetivo orientar las inversiones en infraestructura para facilitar el cumplimiento de las estrategias de desarrollo productivo de las regiones.
El índice mide, a escala provincial, el nivel de desarrollo de la infraestructura en distintas áreas del territorio y evalúa su capacidad para albergar actividades económicas productivas. Esta medición se adapta a las características geográficas y climáticas de cada provincia, lo que hace que los resultados no sean directamente comparables entre zonas. Según Sebastián Godoy Bustos, presidente de la CChC Ñuble, “el ISIT es una herramienta para la toma de decisiones sobre las inversiones en infraestructura en Ñuble y permite que nuestras autoridades, empresas y líderes gremiales identifiquen las áreas que requieren mayor atención y priorizar proyectos que impulsarán el desarrollo productivo y mejorarán la calidad de vida de los ñublensinos y ñublensinas”.
El ISIT evalúa seis dimensiones clave: agua, energía, telecomunicaciones, vialidad, logística y resiliencia. Cada una de estas dimensiones se desglosa en 37 indicadores específicos que analizan aspectos como la cobertura de servicios, la dotación de infraestructura y la proximidad a otros servicios esenciales. Estos indicadores permiten tener una visión más precisa de las fortalezas y debilidades de cada territorio.
Resultados para Ñuble
Para nuestra región, el ISIT revela algunas áreas de oportunidad, pero también varios puntos críticos. La dimensión de vialidad presenta un déficit estructural, especialmente en la red vial secundaria, que aún no está pavimentada en muchas zonas. Sin embargo, en la dimensión de resiliencia, la región tiene mejores resultados, destacándose la cobertura de servicios básicos como bomberos, carabineros y salud primaria en muchas zonas, incluso en las más rurales.
En las provincias específicas, los resultados son variados. En la provincia de Itata, se observa una deficiencia significativa en la infraestructura energética y en el acceso a servicios sanitarios en áreas rurales. En la provincia de Punilla, la falta de infraestructura eléctrica y la limitada accesibilidad a puertos son los principales desafíos. En la provincia de Diguillín, la falta de acceso a internet es una de las principales barreras para el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida.
El encargado de presentar el estudio, Pablo Easton, jefe de Estudios de Infraestructura de la Gerencia de Estudios y Políticas Públicas de la CChC, explicó que “el diagnóstico final del ISIT para Ñuble señala la necesidad de una acción urgente en varios frentes”.
Según el académico uno de los problemas más críticos es el déficit en la transmisión eléctrica, particularmente en las líneas Charrúa–Chillán y Monterrico–Cocharcas, que presentan años de retraso. “Esta carencia de infraestructura limita la expansión agroindustrial y dificulta nuevas inversiones”.
En este contexto, se destaca en el estudio la necesidad de acelerar la ejecución de proyectos en el marco de la Ley de Transición Energética, la cual ofrece mecanismos para priorizar obras, pero requiere de una presión local para su implementación.
“Entre las obras más urgentes para la región, el informe menciona la construcción de las líneas de transmisión Charrúa–Chillán y Monterrico–Cocharcas, así como los refuerzos necesarios en las subestaciones vinculadas. Además, se destaca el proyecto de interconexión Entre Ríos–Lo Aguirre, que tendría un impacto positivo en la infraestructura energética de Ñuble”, reveló Easton.