Más de 360 fiscalizaciones en Ñuble este año, control de inocuidad y resguardo de la denominación de origen forman parte del trabajo del Servicio Agrícola y Ganadero para asegurar que cada botella que llega a la mesa cumpla con la ley y conserve el prestigio del vino chileno en el mundo.
El vino chileno, reconocido en todo el mundo por su calidad, cuenta con un respaldo silencioso pero decisivo: la fiscalización del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). En el marco de las celebraciones de Fiestas Patrias, la institución recordó que detrás de cada copa hay un trabajo riguroso para garantizar la genuinidad, seguridad y cumplimiento legal de la producción vitivinícola.
Fiscalización desde la viña hasta la mesa
El director regional del SAG Ñuble, Osvaldo Alcayaga, explicó que la labor del servicio no se limita a la inspección de viñedos, sino que abarca todo el proceso productivo, “el SAG se encarga de la inscripción de viñas, bodegas y plantas envasadoras, la verificación de procesos, la supervisión de la rotulación y el uso de denominaciones de origen, además de fiscalizar la autenticidad de los vinos. Todo esto protege tanto a los consumidores como a los productores que cumplen con la normativa”.
Gracias a este trabajo, cada botella que se consume en Chile o en el extranjero ofrece la garantía de ser un vino auténtico, seguro y de calidad certificada.
Ñuble, un valle con proyección internacional
El Valle del Itata, con más de 5 mil productores y 10 mil hectáreas de uva vinícola, ha posicionado cepas como la País, Moscatel de Alejandría, Semillón y Cinsault en mesas de Brasil, Escandinavia, Norteamérica y Asia, entre otros destinos. Este desarrollo, basado en las cualidades del territorio y el trabajo de los y las productoras que cada vez más apuntan a mercados de nicho con mostos que rescatan las mejores cualidades de las cepas patrimoniales, tiene además el respaldo del SAG como vigilante de la mantención de nuestro patrimonio fitosanitario, a través del Programa Nacional de Control de Lobesia botrana, el resguardo de la inocuidad y la fiscalización de la Ley de Alcoholes, en coordinación con asociaciones de viñateros, fruticultores e instituciones como INDAP.
Defensa del patrimonio vitivinícola
El seremi de Agricultura de Ñuble, Antonio Arriagada, destacó la importancia del trabajo fiscalizador en el marco de la celebración nacional, “el Ministerio de Agricultura, a través del SAG, asegura que cada botella de vino que se produce en Ñuble y en el país cumpla con los más altos estándares de calidad y seguridad, protegiendo nuestro patrimonio vitivinícola y reforzando la confianza de los consumidores nacionales e internacionales. Estas fiestas son una oportunidad para valorar este esfuerzo conjunto entre el Estado y el sector productivo”.
Además del vino, el Ministerio de Agricultura fiscaliza la producción de pisco, aguardientes y licores, verificando la genuinidad de sus procesos. Solo en lo que va del 2025, en Ñuble se han realizado más de 360 fiscalizaciones, fiscalizaciones que se refuerzan durante Fiestas Patrias ante el incremento proyectado en el consumo.
Un vino que cuenta una historia
Cada copa de vino chileno es también la historia de un territorio, de manos campesinas y de un patrimonio que el Estado protege a través del SAG. En Ñuble y en el país, este esfuerzo fortalece la confianza de los mercados y consolida al vino como uno de los productos más representativos de la identidad cultural, económica y agrícola de Chile
