Con molestia recibieron las autoridades y entidades ambientales de Concepción y Los Ángeles el retiro de los Planes de Descontaminación Ambiental (PDA) por parte del actual gobierno antes de que Contraloría los visara.
Según lo señalado para Radio Biobío por el Seremi del área, Mario Delannays, ambos documentos serán revisados por esta administración.
Cabe señalar que fue durante diciembre de 2017 cuando el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad aprobó la carpeta de medidas resultante de una mesa de trabajo en la que participaron diversos organismos y la opinión extraída de consultas ciudadanas.
Para el mismo medio, el exseremi del Medioambiente, Richard Vargas, señaló que si bien es legítima la corrección de las formas y los procedimientos acordados, la comunidad ha sufrido durante demasiado tiempo las consecuencias de respirar aire contaminado. En efecto, la comunidad ha buscado controlar la emisión de material particulado fino PM 2,5 por más de 12 años.
Repitiendo la situación de Ñuble, la principal fuente de contaminación de estas zonas es la combustión de leña para calefacción residencial, de manera que el recambio de estufas altamente contaminantes y subsidios de mejoramiento térmico para las viviendas, son las medidas centrales que los programas incluían. A estas, se suman límites de emisión de material particulado para las industrias, sistemas compensación de emisiones, construcción ciclovías, filtros de partículas para vehículos pesados y la renovación del parque vehicular de buses.
Delannays declaró no conocer los nuevos plazos y si este invierno habrá gestión de episodios críticos, pero confirmó que durante la semana entrante se reunirá con la ministra de la cartera para revisar el tema.
Por su parte, el alcalde de Los Ángeles, Esteban Krause, indicó que solicitaría una audiencia, ya sea con el Seremi de Medio Ambiente o con la propia ministra para pedirles que reintegren el proyecto a la Contraloría lo antes posible, considerando que los episodios críticos de contaminación aumentan cada año y «son los niños y los adultos mayores quienes más sufren su impacto».